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Cómo el antisemitismo se perpetúa y evoluciona en la sociedad contemporánea

  • Vesnyana Stecko
  • Oct 11, 2024
  • 5 min read

Updated: Jan 13

Autora principal: Vesnyana 

Edición: Olivia y Fernanda Pasapera Zegarra

Traducción: Gustavo Castillo y María Carrasco


Puedes escuchar el artículo aquí 🎧



Aunque el antisemitismo —el rechazo y la discriminación hacia los judíos— tiene una historia de siglos, persiste en la sociedad actual, manifestándose principalmente en las redes sociales, en la vida cotidiana y en el escenario político. En este artículo, profundizaremos en sus orígenes, cómo afecta la vida de personas y comunidades y sus implicaciones generales.


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Foto cortesía de Levi Meir Clancy en Unsplash


El auge de provocaciones antisemitas en el siglo XXI nos ha llevado a examinar la eficacia de las estrategias para combatir este fenómeno, considerando cómo ha evolucionado con el tiempo y las repercusiones que esta discriminación tiene en nuestra sociedad.


Debido a la tendencia de las personas a utilizar el “pensamiento categórico” para clasificar a las personas en grupos según factores específicos (a menudo de manera arbitraria, como grupos “dentro” y “fuera”), la sociedad tiende a culpar y expresar odio hacia estos grupos, especialmente cuando los eventos son complejos y difíciles de entender. Como consecuencia, el antisemitismo se hereda a las nuevas generaciones, adaptando su forma de expresión para coincidir con los problemas actuales, mientras que los estereotipos y las teorías conspirativas subyacentes permanecen, en gran medida, sin cambios.


Para empezar, aclaremos la definición: el antisemitismo es la hostilidad o el prejuicio hacia la comunidad judía[1]. Puede manifestarse a través de odio, violencia, discriminación y opresión. Estas provocaciones pueden variar desde el acoso antijudío en las escuelas hasta las ideologías nacionalistas organizadas y los memes difundidos por políticos, tanto en los medios de comunicación como en interacciones cara a cara.


Por lo tanto, la juventud se encuentra especialmente expuesta a contenido antisemita en redes sociales y las plataformas de juegos. Al ser conscientes de las implicaciones de este comportamiento discriminatorio y sus diversas modalidades, nos armamos mejor para identificar el antisemitismo en la sociedad de hoy y reaccionar en consecuencia.



Antecedentes históricos


Como señalamos al comienzo del artículo, los prejuicios hacia las personas que practican el judaísmo tienen raíces que se remontan a muchos siglos atrás, ya que fue la primera religión en rendir culto a un solo Dios, lo que la distinguió de las creencias politeístas que veneraban múltiples deidades. Asimismo, los primeros cristianos procuraron distanciarse del judaísmo para forjar una identidad propia y manifestar su postura tras los conflictos entre las autoridades de ambas fes.


Por otra parte, existe un enfoque radical del antisemitismo, conocido como antisemitismo radicalizado[2], que se fundamenta en la errónea premisa de que los judíos constituyen una “raza” distinta, dotada de rasgos inherentes que los hacen inferiores a los individuos blancos y cristianos.


Dicha creencia tuvo importantes implicaciones en España durante el siglo XV, donde a los judíos se les privó de derechos civiles fundamentales, como el acceso a las universidades, la posibilidad de ocupar de cargos públicos y el derecho a casarse con personas no judías, entre otros, independientemente de si habían sido forzados a convertirse al cristianismo.[3]


Más tarde, a finales del siglo XIX, Wilhelm Matt, un periodista alemán, acuñó[4] en 1879 el término antisemitismo para referirse a las campañas anti-judías en Europa central y para movilizar apoyo contra la decisión del gobierno alemán de conceder derechos civiles más amplios a los judíos. Desde su perspectiva, existía una “raza semítica” definida, aludiendo a un grupo de lenguas habladas en regiones de África Oriental y, predominantemente, en el Medio Oriente. Cabe mencionar que esta no es en absoluto una categoría racial legítima.


Hoy en día, el antisemitismo continúa vigente, en cierta medida por la cultura popular y carecen de la educación adecuada sobre el tema y su contexto histórico. A lo largo de los siglos, los judíos han sido injustamente culpados de múltiples situaciones, y sin un análisis crítico que respalde estas acusaciones. A esto se suma que las malintencionadas teorías conspirativas promueven la idea de que son ellos quienes tienen el control sobre el gobierno, los medios de comunicación, los bancos –y la lista continúa-[5]. Lo que resulta aún más alarmante es que se les haya acusado de falsamente de ser responsables de la propagación de enfermedades como la COVID-19.[6]



Impacto social del creciente antisemitismo


Las implicaciones del antisemitismo hoy en día son evidentes, incidiendo primariamente en el bienestar psicológico de los personas. Imagina ser testigo de actos de acoso, violencia y agresiones físicas contra tu comunidad y vivir con el miedo de que en algún día podrías ser tú la víctima. 


Imagina sufrir la pérdida de un ser querido a causa de actos de discriminación tan violentos y sentirte impotente al no poder denunciarlo por la falta de confianza en las autoridades locales.

 

La creciente preocupación por el antisemitismo genera un notable aumento en la ansiedad y estrés cotidiano, particularmente entre los jóvenes judíos que lidian con esta problemática en el ámbito escolar. Como evidencia de este realidad, un estudio realizado por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) antes de 2023 reveló que el 37% de los judíos europeos sufrió algún tipo de acoso antisemita en los cinco años anteriores.[6]


En esa misma línea, este fenómeno desafía el avance de otra tendencia hacia el multiculturalismo y  obstaculiza el progreso de la sociedad en relación con los derechos humanos, que afirman la igualdad de todos los individuos. A raíz de ello, las tensiones geopolíticas actuales, como el conflicto entre Israel y Palestina, han derivado en un aumento del número de crímenes de odio en contra de judíos (y musulmanes) en los últimos años.[8]


Por último, varios factores están detrás de la persistente difusión de material antisemita, destacando la accesibilidad de las redes sociales y plataformas digitales, donde cerca del 80% de este tipo de contenido se publica sin ningún tipo de fiscalización. La ausencia de esta última permite que el discurso de odio se propague sin censura, lo que a su vez permite a los algoritmos ofrecer a los usuarios contenido discriminatorios similar, basándose en métricas de interacción. Paralelamente, el resurgimiento del populismo en diversas regiones ha llevado a líderes populistas a adoptar una retórica agresiva hacia las minorías. Tal fenómeno afecta negativamente la normalización del discurso de odio y pone en relieve la urgencia de una mayor intervención en el contenido discriminatorio, incluidas las teorías de conspiración.



Mensaje de Rights And Minds

Abordar el auge del antisemitismo plantea importantes dilemas morales y éticos; requiere un enfoque multilateral para promover la equidad e inclusión de todas las comunidades, especialmente de aquellas históricamente discriminadas.


¿Y qué podemos hacer cada uno de nosotros, en primer lugar? Dos palabras: Crear conciencia. En efecto, como ya hemos enfatizado, los estereotipos infundados son los principales motores que alimentan cualquier forma de discriminación. Por tanto, es vital comenzar a educarse a uno mismo y a quienes te rodean para garantizar la solidaridad entre personas de distintas procedencias y comunidades.


Incluso lo que parece ser un “pequeño” cambio —un cambio en tu mentalidad y prioridades— puede contribuir en gran medida a resolver este problema. Lucha por un futuro más exclusivo y prometedor.



Nota:

En Rights And Minds, nos pusimos en contacto con nuestros escritores en Israel para recopilar sus perspectivas sobre el alarmante auge del antisemitismo. Uno de nuestros escritores compartió lo siguiente: “Los ataques semitas van en aumento en casi todas las universidades; los ecos de odio resuenan. Los estudiantes son agredidos por su religión. Esto no es solo una historia, es una realidad que muchos estudiantes judíos enfrentan a diario. (...) Los símbolos nazis y grupos extremistas prosperan bajo el pretexto de la 'libertad de expresión', sembrando temor en diversos espacios. ¿Cuándo será suficiente?


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Fuentes:
 
 

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